PARA LA MOUSSE DE CHOCOLATE
Derrita el chocolate en un tazón grande al baño María con agua hirviendo. Una vez disuelto, añada la nata montada y remueva. Rompa los huevos y separe las claras de las yemas. En un tazón, monte las claras de huevo a punto de nieve. Vierta las yemas de huevo sobre el chocolate, asegurándose de que la mezcla siga estando esponjosa y suave, sin grumos. Comience añadiendo 1/3 de las claras a punto de nieve y, a continuación, añada los 2/3 restantes.
Vierta la mezcla en una manga pastelera (si no tiene una, use una bolsa de congelación) y luego llene los vasos con la mousse (aproximadamente 2/3 del vaso). Colóquelos en la nevera durante al menos 1,5 h.