Es el icono que distingue al espresso de otros métodos de preparación del café, y su espesor debe ser de unos 3 mm, equivalente al 10 % del volumen total (25-30 ml).
Cuando se examinan visualmente en la taza, los elementos que resaltan la calidad de la mezcla y la preparación se encuentran en el color de la crema (matiz e intensidad), su consistencia (compacidad y calidad) y persistencia (la cantidad de tiempo que permanece estable antes de desintegrarse).