El término “espresso” significa “hecho en el momento”: es un método desarrollado para permitir preparar café en lugares públicos más rápidamente. El primer prototipo de la máquina de café espresso data de 1855 y se presentó en la Exposición Universal en París. Unos años más tarde, en 1901, el ingeniero milanés Luigi Bezzera creó la primera máquina de café espresso a vapor. La patente de Bezzera dio impulso a la investigación y a las mejoras tecnológicas iniciadas por muchas empresas italianas, entre las que se incluyen La Pavoni y Victoria Arduino de Turín.
En 1948, Achille Gaggia presentó el método de extracción a “presión”, que permite preparar una bebida concentrada y más aromática caracterizada por una espesa y densa espuma: el espresso tal y como lo conocemos.
Entre los años 40 y principios de los 50, las empresas dedicadas a crear máquinas de espresso aumentaron la producción, que alcanzaba cantidades industriales. En 1949, el famoso arquitecto Giò Ponti creó la primera máquina de espresso equipada con una caldera horizontal para La Pavoni, e introdujo así un cambio clave en el diseño de las cafeteras.
La preparación de café siguió evolucionando con el lanzamiento en 1961 del modelo E-61 por parte de La Faema: un sistema de circulación radiativa que permitía mantener el agua a una temperatura constante incluso si la máquina permanecía inactiva durante mucho tiempo.