La historia de la cafetera napolitana comienza, en realidad, en Francia, en 1819, y es un invento atribuido al parisino Morize.
Sin embargo, a lo largo de los siglos, la cuccumella se ha convertido en uno de los símbolos de la cultura y la tradición napolitanas.
Preparar café en una cafetera napolitana es un proceso arcano y elaborado, como la fórmula de un alquimista, y requiere una gran atención al detalle: aquí está todo lo que necesita saber para saborear “na tazzulella” y un café perfecto.