Antes de servirse, el viaje de un café, desde la siembra hasta la taza de café espresso, pasa a través de 40 pares de manos. Detrás de cada uno de estos intercambios hay una cultura, una cara, una historia que contar.
40 Hands es un viaje para descubrir a las personas que han decidido dedicar sus vidas a su pasión por el café, a partir de los países de origen. Sigue un camino que recorre generaciones y latitudes, unidas por los mismos valores: “respeto, dedicación y responsabilidad, especialmente hacia la naturaleza”, dice Enrique Mancilla Oyos, un agricultor peruano que lleva años trabajando con nosotros.
Sus antepasados procesaban café en Nagazú, pero en ese momento no había carreteras, por lo que la producción se limitaba a las necesidades de la familia.
“Entonces llegué yo y, casi al mismo tiempo, también llegó Lavazza con su proyecto de apoyo comunitario que mejoró nuestro proceso de fabricación, proporcionando el equipo y el conocimiento que necesitábamos”, nos cuenta su hijo Abel.