Este espíritu, que llevó a Luigi Lavazza a concebir el blend, es el mismo espíritu expresado en la obra de grandes artistas, los visionarios que saben ver y describir el cambio antes que todos los demás. El compromiso de Lavazza con el arte es el deseo de mantener vivo este espíritu.
La primera aventura explora lo desconocido, que en ese momento era el mundo de la publicidad.
Así comenzó la colaboración con Armando Testa, que llevó a Lavazza, ya presente en la primera edición del programa de TV “Carosello” en 1957, a la vanguardia de la publicidad gráfica, gracias a la animación de personajes memorables como Carmencita y el pistolero Caballero.