El trabajo inteligente ha favorecido que nos acerquemos a nuevos sabores, y ha hecho que podamos redescubrir el gusto de preparar café en casa. Esos minutos recuperados antes de empezar a trabajar se emplean ahora en la preparación de recetas dignas de los mejores bares.
Con algo más de tiempo en nuestras manos, nuestras posibilidades con el café son infinitas.
Ahora, puedes disfrutar de tu café (corto, largo, macchiato frío o caliente, descafeinado, amargo, en taza grande, en vaso, frío o con nata) a cualquier hora del día y con la frecuencia que desees.