
“Un mundo que destruye los frutos de la naturaleza no es un mundo para mí.”
Luigi Lavazza, 1934
El entorno
“Un mundo que destruye los frutos de la naturaleza no es un mundo para mí.”
Luigi Lavazza, 1934
El enfoque de Lavazza hacia un entorno sostenible empieza en la década de 1930 y desde entonces ha tenido siempre una influencia en las decisiones industriales y comerciales adoptadas por la empresa, además de impactar directamente en el cuidado y dedicación a las comunidades de personas de los territorios donde está presente.
La sostenibilidad ambiental tiene un papel principal en el apartado de innovación que identifica al Grupo, impulsando el desarrollo de procesos y productos que reduzcan el impacto en el entorno y realicen una aportación positiva a largo plazo de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, en particular con el n.º 12: Producción y consumo sostenibles, y el Objetivo n.º 13: Acción climática.
El Grupo Lavazza:
Cree que un entorno saludable es un derecho universal y una responsabilidad compartida
Trabaja para crear un cambio a mejor en toda la cadena de suministro
Invierte en innovación para dejarles un mundo mejor a las generaciones futuras
Cuida de la Tierra y lucha para mejorar su futuro
Se dedica cada día a reducir el impacto climático y a promover la economía circular
Ante estos ambiciosos objetivos y, con la adopción de un enfoque científico al evaluar y determinar los objetivos ambientales en un proceso integrado que se extiende desde el grano de café hasta la taza de espresso, el Grupo ha desarrollado una estrategia de sostenibilidad que se divide en cuatro ámbitos principales:
Protección climática
Muchas actividades humanas contribuyen a aumentar la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, lo que a su vez contribuye al cambio climático global. Los efectos pueden notarse también en las plantaciones de café, y pueden causar una pérdida de la biodiversidad y un descenso de la productividad y de la calidad, con consecuencias negativas en las condiciones de vida de los agricultores.
La voluntad del Grupo Lavazza es contribuir a la lucha contra el cambio climático, reduciendo a cero las emisiones de carbono generadas a lo largo de toda la cadena de valor del Grupo, gracias a una estrategia creada para reducir y compensar las emisiones: la denominada “Hoja de ruta Cero”.
Se trata de un proceso gradual;: los primeros pasos consisten en la monitorización y cuantificación de las emisiones, seguido de la implantación de continuas mejoras destinadas a incrementar la eficiencia y a reducir el impacto ambiental, compensando al final las emisiones residuales.
El procedimiento pretende convertir al Grupo en “neutro en carbono”, es decir, en reducir sus emisiones de CO2 equilibrando las producción y la absorción de emisiones mediante programas de compensación. Poner en práctica dichos programas implica adquirir créditos de carbono, los denominados “créditos verdes”, que equivalen cada uno a la no-emisión o la absorción de una tonelada de CO2, que se genera apoyando y financiando proyectos que provocan un impacto positivo fuera de la cadena de suministro de la empresa. Cada crédito adquirido representa una reducción o eliminación exitosa de una tonelada de CO2 liberada en la atmósfera, compensando aquellas emisiones que no pueden evitarse. Pero eso no es todo: en la mayoría de casos, la compra de créditos de carbono también significa financiar y apoyar proyectos de desarrollo sostenible que contribuyen a la mejora de las condiciones de vida en las comunidades locales, garantizando de esta forma la obtención de beneficios sociales, económicos y ambientales a escala mundial.
En 2020, el Grupo Lavazza logró alcanzar su primer hito importante en la Hoja de ruta Cero: poniendo a cero las emisiones de CO₂ generadas por actividades bajo la supervisión directa de la empresa y originadas a partir de fuentes de su propiedad, controladas y presentes en la propia organización (alcance 1) , además de las emisiones indirectas derivadas de la generación de electricidad, calor y vapor comprados y consumidos (alcance 2). De hecho, en 2020, todas las actividades de las plantas de fabricación, oficinas, tiendas insignia y vehículos de empresa han logrado alcanzar la neutralidad en carbono.
El Grupo también pretende compensar las emisiones indirectas a lo largo de toda la cadena de suministro, tanto en las fases previas como posteriores de sus propias operaciones (alcance 3): desde el café verde hasta el empaquetado, y también desde la logística a la eliminación.
Sostenibilidad medioambiental
desde la raíz
Sus más de 125 años de experiencia en el sector han enseñado al Grupo a centrar sus iniciativas desde la raíz del café, en lugares donde sabe que puede tener un impacto significativo y a largo plazo, mediante la colaboración y el apoyo a las comunidades productoras de café.
A través de la Fundación Lavazza, el Grupo juega un papel activo en los proyectos de desarrollo sostenible, que ayudan a los caficultores a adoptar las técnicas de agricultura más adecuadas para responder de forma eficiente al impacto del cambio climático y a fomentar las mejores prácticas para preservar las zonas de alto valor natural.
Hace pocos años, la Fundación Lavazza ha intensificado sus proyectos de reforestación y antideforestación en colaboración con organizaciones no gubernamentales e instituciones internacionales. En la selva amazónica de Perú, el proyecto ha significado la conservación de 36 000 hectáreas de selva y la plantación de nogales de Brasil, un recurso ambiental de valor incalculable: estos árboles pueden crecer a una altura de hasta 50 metros, vivir hasta 700 años y almacenar hasta 64 000 kg de CO2 durante sus vidas. En Yayu, una reserva de la biosfera de la UNESCO en Etiopía, se han adoptado modelos de plantación alternativa conocidos como “café de jardín” para evitar la deforestación. En Ecuador, se alcanzó un acuerdo para preparar y poner en práctica un programa de transformación del café de Ecuador en un café con “deforestación cero”. Otros proyectos en Cuba, Haití, la República Dominicana o Colombia han permitido cultivar más de 15 millones de plantas de café respetando la biodiversidad del entorno.
Sostenibilidad y diseño
El objetivo del Grupo Lavazza es garantizar la máxima calidad del café con el mínimo impacto medioambiental posible. Esto se enmarca en las actividades de Investigación y Desarrollo, y se consigue gracias a la experimentación y a la puesta en marcha de las técnicas más innovadoras desde las primeras fases del diseño de envases, cafeteras y modelos de producción.
Asimismo, la búsqueda de la sostenibilidad en el diseño sigue los principios de la economía circular para evitar los desechos y reducir el impacto medioambiental, aumentando la eficiencia y reduciendo las emisiones y la producción de desechos en el ciclo de vida completo del producto. El enfoque “diseño por la circularidad” adoptado por el Grupo Lavazza se inspira en la naturaleza y se marca el objetivo de optimizar el uso de recursos, favoreciendo los renovables y los reciclados, y extraer el valor de los productos al final de su vida útil mediante la reutilización, el reciclado y el compostaje.
Ante este enfoque de reducción del impacto medioambiental y de impulso de la circularidad, el Grupo ha establecido un plan estratégico que gira alrededor de una “Hoja de ruta del empaquetado sostenible” que pretende que todos los materiales de empaquetado sean reutilizables, reciclables o compostables hacia 2025.
Este recorrido incluye un cambio gradual soluciones de empaquetado sostenible, con una huella de carbono más baja para productos de grano entero y productos molidos, empezando por un nuevo empaquetado lanzado al mercado en 2020 para determinados formatos de Lavazza ¡Tierra!, la gama que simboliza la sostenibilidad social y medioambiental.
Otro modelo a seguir son las Eco Cups que produce Lavazza Professional, unas tazas de papel que pueden reciclarse hasta siete veces y que son fáciles de desechar en sistemas de separación de basuras, incluso en las cadenas de suministro más exigentes, como es el caso de Alemania o el Reino Unido.
Un ejemplo más es el de las máquinas de café del sistema espresso doméstico Lavazza A Modo Mio. Se trata de máquinas diseñadas por Lavazza de forma que reducen las emisiones de dióxido de carbono a lo largo de todo su ciclo de vida: desde un punto de vista técnico, el objetivo del Grupo consiste en desarrollar máquinas altamente eficientes energéticamente, con clasificaciones mínimas de A+ a A++. Además, el objetivo que se persigue el lograr una proporción del 60 % de materiales plásticos provenientes de fuentes recicladas, y usarlas en piezas que no entran en contacto con alimentos. Este compromiso está emparejado con un continuo esfuerzo destinado a reducir el peso de las máquinas de café y usar materiales de empaquetado de fuentes recicladas.
Uso responsable de los recursos
Una cadena de suministro tan compleja y amplia como la del café requiere una estrategia detallada cuyo objetivo sea reducir su impacto sobre el medioambiente, incluido a través del uso responsable de los recursos naturales, desde la producción hasta el consumo. Por esta razón, el Grupo Lavazza adopta protocolos con el fin de conseguir la máxima eficiencia energética y la gestión sostenible del agua y los desechos.
Como parte de los esfuerzos para conseguir una mejora continua en los procesos, el Grupo se ha embarcado durante muchos años en una serie de actividades que pretenden aumentar el consumo de electricidad de fuentes renovables. En Italia y Francia, por ejemplo, el 100 % de los suministros que consumismos proceden ya de fuentes renovables. De hecho, entre 2012 y 2014, ya se había conseguido una reducción del 90 % en emisiones correlacionadas de CO2 en Italia.
Las acciones y el programa mediante el que el Grupo recompensa a sus colaboradores.