La cafetera italiana es una cafetera de presión diseñada por Alfonso Bialetti en 1933. En 1979, Lavazza lanzó Carmencita, inspirada en el mismo personaje de las campañas publicitarias de los años sesenta y creada por el diseñador Marco Zanuso. En la taza, la cafetera italiana ofrece café con un sabor vivaz, un cuerpo medio y un aroma intenso.
Los orígenes de esta espectacular cafetera se remontan a algún lugar entre la Alemania del siglo XIX y los Estados Unidos de principios del siglo XX. Originalmente, estaba hecha de vidrio y era muy lenta: el café comenzaba a partir de una infusión controlada, seguida de la filtración en las dos cámaras del sifón. Es una bebida para saborear un café extremadamente limpio y suave.
Esta cafetera de filtro fue diseñada por el alemán Peter Schlumbohm en 1941. Su diseño sofisticado y minimalista, claramente inspirado en la cristalería de laboratorio, se exhibió en el MoMA de Nueva York. Le permite preparar varias tazas de café de filtro manual. La técnica y el producto dan vida a una taza elegante con una alta complejidad aromática.
Este es el sistema de filtro de café “por taza” inventado en Alemania por Melitta Bentz, en 1908. En la taza cónica y perforada se coloca un filtro de papel especial. Ambos tienen una forma cónica con un ángulo de 60°, de ahí su nombre. Este sistema le permite preparar rápidamente una taza de café de filtro y disfrutar plenamente del aroma del café recién hecho.
Esta cafetera de émbolo se inventó en Francia a mediados del siglo XIX. La cafetera francesa empapa el café en agua caliente y luego usa el filtro del émbolo para separar los posos del café. El café producido es aromático y de gran cuerpo.
El café extraído en frío nació en Indonesia. Los comerciantes holandeses lo trajeron a Europa desde Japón, y se ha convertido en un verdadero producto de culto en los últimos diez años. Se extrae a través de la elaboración lenta, y ofrece un café suave y aromático sin acidez ni notas amargas.