Lavazza fue fundada en Turín en 1895, y es un productor de café italiano que ha pertenecido a la misma familia durante cuatro generaciones. El Grupo se encuentra entre los principales tostadores de café del mundo, está presente en más de 90 países a través de filiales y distribuidores, y exporta más del 60 % de su producción. Cuenta con aproximadamente 3000 empleados, con una facturación de 1900 millones de EUR en 2016 y, desde sus orígenes, inventó el concepto de la mezcla de orígenes, o el arte de combinar diferentes tipologías y orígenes geográficos de café, una característica que aún hoy sigue caracterizando la mayoría de sus productos.
La empresa es la sexta con mejor reputación en Italia, según el Instituto de la Reputación, gracias a sus 25 años de tradición produciendo y comercializando sistemas y productos para el sector cafetero y ha aumentado su popularidad por ser la primera empresa italiana para desarrollar sistemas de cápsulas de espresso.
Lavazza está presente en todos los negocios: en el hogar, fuera del hogar y en la oficina, y se esfuerza por innovar constantemente. La marca es ahora famosa en todo el mundo gracias a las importantes alianzas que ha forjado, coherentes con la estrategia de la marca de internacionalización, incluyendo colaboraciones en el mundo del deporte, con torneos de tenis Grand Slam, y en el arte y la cultura con prestigiosos museos como el Guggenheim de Nueva York y el Museo del Hermitage de San Petersburgo, en Rusia.
Los beneficios para 2016 alcanzaron los 82,2 millones de EUR, una cifra que no se puede comparar con el resultado de 2015, ya que este último fue impulsado por las ganancias de capital de 822,8 millones de EUR derivadas de la venta de la participación accionaria en Keurig Green Mountain.
La situación financiera neta se situó en 687,5 millones de EUR (1351 millones de EUR en 2015).
Lavazza conservó su posición de liderazgo en el mercado italiano, y aumentó su participación hasta el 41 % a pesar de que el consumo de café disminuyó por tercer año consecutivo. La nueva cartera de productos y una clara estrategia de segmentación de productos para los distintos tipos de clientes permitieron el despliegue de importantes innovaciones, en consonancia con las tendencias actuales tanto en Italia como en todo el mundo.
Tras la adquisición de Carte Noire, la planta de fabricación francesa en Lavérune forma ahora parte del sistema industrial del Grupo y es una de las principales instalaciones de producción junto con Settimo Torinese y Gattinara, situadas en Italia. La empresa ha invertido 16 millones de EUR para rediseñar toda la planta, con un amplio trabajo de modernización que se llevó a cabo para garantizar la gestión de futuros desarrollos con líneas de producción de alta tecnología.
“Somos una empresa a la que le encanta hablar de ‘tradición’, pero también tenemos una visión de futuro y pasión por la excelencia. Este enfoque nos permitió incorporar Carte Noire y Merrild en un tiempo récord”, afirma Marco Lavazza, vicepresidente de Lavazza. “Vimos la adquisición como un enriquecimiento, una oportunidad mutua en la que cada una de las partes complementa a la otra, abriendo nuevas perspectivas y compartiendo sendas de innovación y tecnología. Invertimos en personas y procesos para lograr una integración rápida, eficiente y satisfactoria para todos”.