
En la década de 1940, Beppe Lavazza frecuentaba el círculo de artistas de Turín. Fue allí donde conoció a los artistas a los que pidió que dibujaran la primera colección famosa de figurillas Lavazza. Emilio Lavazza heredó esta misma pasión por el arte y el diseño. Su amistad y colaboración con Armando Testa es legendaria y, en 1995, el gran artista creativo de Turín dibujó el quinto logotipo de Lavazza.
Tras adquirir las marcas Bourbon y Suerte, en 1992, Lavazza lanzó el blend Gualtiero Marchesi. Este fue el primer paso de una colaboración con grandes chefs, siendo Marchesi una de las personalidades más influyentes de la época. Claudio Caramel proporcionó las imágenes para la gama Lavazza Segno y patentó una taza de su propio diseño que todavía se utiliza hoy en día.
El primer calendario Lavazza nació en una reunión entre Giuseppe Lavazza y Helmut Newton en 1993. Era en blanco y negro, se realizó en París y Montecarlo, y transmitió el profundo vínculo entre la empresa turinesa y el café.